LA MITZVÁ DE LA TEFILÁ

(1) Es una mitzvá positiva rezar cada día pues está escrito “y servirán a Hashem Su Dio”. Y hemos recibido una tradición oral que afirma que este servicio es la oración pues está dicho: “y lo servirás con todos vuestro corazón”. Dijeron los Sabios: “¿Cuál es el servicio del corazón? La oración (tefilá).” Y de acuerdo a la Torá escrita no hay un número específico de oraciones, ni hay un orden específico de las oraciones ni un tiempo específico para rezar.

(2) Por lo tanto las mujeres y los siervos están obligados a la mitzvá de la tefilá porque ésta es una mitzvá positiva sin un tiempo definido (mitzvat ‘asé sheén hazzemán gramáh). La obligación de esta mitzvá consiste en que cada ser humano ruegue y rece cada día y exprese loas al Santo Bendito Sea y después pide por sus necesidades con peticiones y con rogativas. Y después agradece y loa a Hashem por los bienes que hizo emanar sobre cada uno, cada cual de acuerdo a sus fuerzas.

(3) En ese tiempo, si una persona estaba acostumbrada entonces se extendía en rogativos y peticiones; si una persona era de labios incircuncisos hablaba de acuerdo a sus habilidades cuando se le venía en gana. Y del mismo modo, el número de las oraciones cada cual la determinaba de acuerdo a sus habilidades: algunos rezaban una vez al día, otros rezaban muchas veces al día. Y todos rezaban en dirección al santurio donde éste se encontrara . Así fue la situación desde Moshé hasta ‘Ezra.

(4) Desde que Israel fue exiliado en los tiempos de Nabucodonosor el malvado, se mezclaron con los persas y los griegos y el resto de los pueblos y engendraron hijos en las tierras de los gentiles y estos mismos hijos confundieron sus lenguas y el lenguaje de cada cual era una mezcla de muchos idiomas. Y cuando quería expresarse en una lengua no podía expresar todas sus necesidades en un mismo idioma sino en confusión. Pues está escrito: “Y de sus hijos la mitad habla el lenguaje de Ashdod... y no saben hablar judío” (Nehemías 13.24) Y por ello cuando uno de ellos rezaba, acortaba sus oraciones al pedir sus necesidades o al relatar la gloria del Santo Bendito Sea en la lengua sagrada (Hebreo) hasta que introducía en su oración palabras de otros idiomas. Cuando ‘Ezra y su corte vieron esto, determinaron las dieciocho bendiciones en su orden: las tres primeras loas a Hashem, las últimas tres bendiciones de gratitud, y las del medio peticiones por todas las cosas que son las necesidades básicas de cada individuo y del público en general. Para que así estuviesen ordenadas y claras estas oraciones en la boca de todos y todos las aprendieran y, así, fuese la oración de los tartamudos tan clara como los de los elocuentes. Y por ello establecieron todas las bendiciones y las oraciones ordenadas en la boca de todo el pueblo de Israel para que toda persona pudiera decirlas.

(5) Por ello, los sabios determinaron que el número de las oraciones fuera equivalente al número de los sacrificios. Dos oraciones durante el día equivalentes a los dos sacrificios constantes (tamidim) y en cada día que había un sacrificio adicional (musaf), establecieron una tercera oración equivalente a este sacrificio adicional. La oración que equivale al tamid de la mañana se llama la “oración de la mañana” (tefilat hash.shajar, shajarit). La oración que equivale al sacrificio del crepúsculo se llama “oración de la ofrenda” (tefilat minjá) y la oración que equivale a los sacrificios adicionales se llama “la oración adicional” (tefilat hammusafín).

(6) Del mismo modo determinaron que cada persona rezara una oración durante la noche, ya que los miembros del sacrificio del crepúsculo eran consumidos en el altar toda la noche, pues está escrito “éste es el sacrificio de la elevación” y esto es como lo que está escrito: “ocaso, mañana y tarde te oraré y clamaré a ti y Él oirá mi voz” (Salmo 55.18) La oración de la noche no es una obligación como la oración de la mañana y de la tarde, pero aún así es la costumbre de todo el pueblo de Israel en todos sus lugares de residencia rezar la oración de la noche y aceptaron sobre sí mismos rezarla como una oración obligatoria.

(7) Y del mismo modo determinaron otra oración de por la tarde próxima a la puesta del sol en el día de ayuno (Yom Hakkipurim) sólamente para añadir suplicas y peticiones en este día de ayuno . Esta oración se llama “oración de la clausura” (tefilat ne’ilá) pues en este momento se cierran (nin’alú) las puertas de los cielos sobre el sol.

(8) Las oraciones existentes cada día son tres: ‘arvit, shajarit y minjá. En Shabbat y en fiestas y en Rosh Jódesh se rezan cuatro. Las tres oraciones de cada día más la oración adicional. En Yom Hakkipurim son cinco. Estas cuatro más la oración de la clausura.

(9) No se reduce el número de oraciones (shajarit, minjá, ‘arvit) pero es permitido añadir a ellas. Si una persona quiere rezar todo el día, está en su derecho. Cada una de estas oraciones que añade es como quien ofrece sacrificios de su propia generosidad.

Por ello es necesario que innove alguna cosa en cada una de las bendiciones intermedias de la oración (para distinguir estas oraciones de las oraciones obligatorias), y si sólo innovó en una de las bendiciones es suficiente, ya que con ello muestra que es una oración voluntaria y no una obligatoria. Y en el caso de las primeras tres bendiciones de la ‘Amidá y las tres últimas, nunca se innova o se añade o se reduce nada.

Tomado del Mishné Torá (Séfer Ahavá-Hiljot Tefilá, capítulo 1) de Rabbí Moshé ben Maimón