Sobre la segunda noche de Pascua en la que se cuenta el Omer y los dinim de dicho Omer.

Era obligación en la Tierra Santa desde el día segundo de Pascua, que es el 16 de Nisán, que el sacerdote trajera una medida de cebada nueva como dice en Levítico (23.15): “Y contarán para ustedes desde el día después de la fiesta, desde el día en que traigan la medida de la agitación, siete semanas perfectas serán.” En cuya memoria se comenzaron a contar estas siete semanas desde el segundo día de Pascua hasta la fiesta de Shavuot, en la que se dio la Ley, mostrando juntamente con esto el gran deseo de llegar este día. Y habiendo dicho ‘Arvit, en conformidad con la noche precedente, se cuenta el ‘Omer, después de que han salido las estrellas y se dice esta bendición:

Bendito eres Tú Adonai nuestro Dio Rey del Universo, el que nos santificó con sus mitzvot, y nos mandó a contar el ‘omer. Hoy es el día uno del ‘Omer.” Y quien olvida contar después de ‘Arvit, tiene para contar toda la noche. En el siguiente día después de la bendición, se dice “Hoy son dos días del ‘Omer” y esto se va haciendo de esta forma hasta los siete, pues entonces se dice “Hoy son siete días del ‘Omer, que son una semana.” Y luego en la segunda noche se dice “Hoy son ocho días del ‘Omer, que son una semana y dos días.” Y se va prosiguiendo de este modo hasta los catorce días y entonces se dice “Hoy son catorce días del ‘Omer que son dos semanas.” De este modo se van contando las semanas y los días que van de más. Y cuenta así hasta el último número de los 49 días y entonces se dice: “Hoy son 49 días que son siete semanas perfectas.”

2. El que se ha olvidado de contar una noche, contará el día siguiente sin bendición, y las demás noches continuará contando con bendición. Pero si también olvidó contar durante en aquel día, de ahí en adelante no podrá contar con bendición. Si está en duda si faltó en contar un día o no, en tal caso podrá contar los demás con bendición.

3. Si comenzó alguien a decir la bendición sin saber qué día era y calló, esperando oir de su compañero para cerciorarse y después contó con él, ha cumplido su obligación.

4. Si alguien comenzó a decir la bendición pensando, por ejemplo, que eran cuatro días y acabó diciendo cinco siendo cinco, o por el contrario, pensando que eran cuatro dijo “cinco” siendo cuatro, cumplió con su obligación y no es necesario bendecir de nuevo.

5. Si en un día nublado erró y contó, pensando que eran horas de contar; después de anochecer, al salir las estrellas, contará de nuevo.

6. Aquel que está en duda y pregunta a su compañero “¿cuántos días son del ‘Omer?” si es antes de que caiga el sol, le responderá informándole cuántos son. Mas si el sol se ha puesto, responderá de otra forma, a saber: “Ayer fueron tantos…” Pues siendo tiempo de contar, habiendo informado con el número de esa noche, no podrá después contar con bendición.

7. Estos días del ‘Omer, hasta el número 33 inclusive, son días aciagos pues en ellos murieron una gran parte de los discípulos de Rabbí Akiva por particulares odios que entre ellos había. Por ello, en señal de duelo, no se pueden oficiar matrimonios en estos días pero se podrá dar Kiddushín. Tampoco se puede afeitar en estos días, salvo el Ba’al Habberit en el día de la circuncisión de su hijo. Y cayendo los 33 en el sexto día, también se podrá hacer por honra del Shabbat. De los 33 en adelante es lícito todo esto porque en ellos ceso la dicha peste.

8. Las mujeres tienen por costumbre no hacer obra entre Pésaj y Shavuot después de que se ha puesto el sol.

[Thesouro dos Dinim por Rabbí Mennashé ben Israel (Dinim de Fiestas, cap. lxii)]

Las raíces de esta mitzvá, en su interpretación simple, es que no hay más principio para el pueblo de Israel que la Torá. Y para provecho de la Torá fueron hechos los cielos y la tierra, como está escrito: “sin mi pacto noche y día, las leyes del cielo y la tierra no mantendría” (Jeremías 33.25). Y ésta es la razón y el principio por el cual fueron redimidos y salieron de Egipto: para que recibieran la Torá en Sinaí y la cumpliesen. Como dijo Hashem a Moisés: “Y este será el signo que Yo te he enviado: cuando saques al pueblo de Egipto, adorarán al Dio en este monte.” (Éxodo 3.12) Y la interpretación de este verso es que cuando salgan de Egipto será un signo para ti que adoren al Dio en este monte, es decir que reciban la Torá, la cual es el fundamento supremo y por cuya virtud fueron redimidos siendo ésta el propósito final del pueblo y su fin. Y dada la importancia de la Torá, fuimos ordenados a contar desde el día siguiente a la fiesta de Pésaj hasta el día de la entrega de la Torá para mostrar en nuestras almas el gran deseo en nuestro corazón tenemos por este día honrado y ansiado. Del mismo modo que un esclavo desea la sombra y cuenta siempre cuántos días faltan para su ansiado día de liberación, los hombres muestran a través del acto de contar su gran deseo y expectativa de llegar a este tiempo.

[Séfer Hammitzvot atribuído a Rabbí Aharón de Barcelona, siglo xiii (Mitzvá #273, parashat Emor)]